Prepárate física y mentalmente para un tratamiento de fertilidad

Sin embargo, algunas de las tensiones que surgen durante el proceso pueden reducirse o incluso eliminarse por completo con una buena preparación previa.

Por ejemplo, la información previa es fundamental. No sólo para establecer expectativas realistas sino para establecer una comunicación honesta y abierta en la pareja sobre lo que cada uno espera del tratamiento.

En este artículo te damos algunas claves para que tanto tú como tu pareja (si has decidido emprender este camino en pareja) os preparéis de la mejor manera posible tanto física como mentalmente para lo que supone un tratamiento de fertilidad.

Antes de empezar un tratamiento de fertilidad, es muy buena idea que te sientes con tu pareja y respondáis juntos, de forma sincera, a una serie de preguntas.

La idea es intentar limitar la fricción que puede surgir durante el tratamiento, y asegurar desde el punto de partida que habéis establecido un canal de comunicación honesto entre ambos.

No solo eso, sino que pararte a pensar ciertas cosas puede ayudarte a ti misma a hacer las preguntas adecuadas al equipo de profesionales que os acompañará durante el tratamiento.

Estas son algunas de las preguntas que pueden ayudarte a empezar:

• ¿Hay algún aspecto del tratamiento, alguna etapa o detalle que no nos haya quedado claro? 

• ¿Existe alguna información que estemos pendientes de recibir? ¿A quién debemos pedírsela?

• ¿Cuáles son los riesgos del tratamiento?

• ¿Cómo pensamos que nos va a afectar, tanto física como mentalmente?

• ¿Nos gusta la clínica o centro que hemos elegido? ¿Nos sentimos cómodos y en las mejores manos? ¿Tendríamos que haber investigado más antes de elegir el centro?

• ¿Estamos anímicamente fuertes y pensamos que podemos asumir el tratamiento y lo que supone? ¿Sería buena idea pedir apoyo psicológico?

• ¿Nuestra situación actual (profesional, personal, económica) nos permite afrontar el tratamiento? 

• ¿Hay algo que podamos posponer hasta el final del mismo para estar más tranquilos?

• ¿A quién y cómo le contaremos que estamos realizando el tratamiento?

• ¿Necesitamos pedir ayuda a algún amigo o familiar de algún tipo?

• ¿Cuáles serán nuestras ‘reglas de comunicación’ durante el mismo?

• ¿Tenemos las mismas expectativas y la misma visión acerca del proceso?

Aunque algunas de estas preguntas te parezcan muy básicas, es importante ponerlas en común con tu pareja, o aclararlas contigo misma antes de empezar.

Si hay algo que caracteriza a los tratamientos de fertilidad son los altos niveles de estrés, ansiedad e incertidumbre que experimentan ambos miembros de la pareja que están buscando tener un bebé.

Esto puede llevaros ‘al límite’ haciendo que reaccionéis contra el otro y que sufráis cambios de humor repentinos

En el caso de la mujer, al ser el foco de los tratamientos y las intervenciones, puede sentirse particularmente agobiada emocionalmente. Puede incluso llegar a sentir que la responsabilidad recae sobre ella y sentirse sola, y esto provocará a su vez que sienta malestar hacia su pareja.

En el caso de los hombres, pueden sentirse incómodos durante el proceso por varios motivos. Algunos momentos pueden ser complicados para ellos, como la necesidad de masturbarse bajo presión en la clínica con el objetivo de extraer la muestra de semen, o simplemente el hecho de haberse identificado como la causa de infertilidad. También es frecuente una cierta sensación de culpabilidad al no ser ellos los que deben someterse a las pruebas físicas.

En ambos casos es importante que la comunicación vaya siempre por delante, desde un lugar de comprensión y entendimiento mutuos. Estáis juntos en esto y es importante validar vuestros sentimientos y emociones en cada etapa del tratamiento.

Una de las preguntas cruciales que debes responder antes de iniciar el tratamiento es hasta dónde estáis dispuestos a llegar para conseguir el bebé. En general, los profesionales sabrán aconsejarnos sobre la idoneidad de continuar el tratamiento, pero no está de más el poner en común algunas ideas antes de empezar.

Es importante además establecer que habrá ciertos momentos de descanso entre ciclo y ciclo si varios de ellos fueran necesarios. Algunas parejas se someten durante años a ciclos de forma continuada, lo cual termina afectando a su salud física y mental, algo que a su vez repercute en sus probabilidades de concebir.

Te recomendamos siempre tomarte un pequeño respiro entre ciclos, mimarte y descansar antes de volver a intentarlo.

Hagas lo que hagas, debes saber que un cierto nivel de estrés es inevitable al someterte a un tratamiento de este tipo. 

Por ello resulta muy beneficioso que ambos miembros de la pareja tengáis preparado vuestro propio kit antiestrés, que será único para cada uno en función de vuestros gustos personales y de vuestra forma de ser.

Aquí te dejamos algunas ideas:

• Apúntate a una clase de yoga o pilates

• Descárgate una app de meditación y empieza a practicar cada día 10 minutos

• Visita un centro de acupuntura y prueba una sesión

• Disfruta de un masaje relajante

• Date un baño con aceites esenciales

Crea tu propio kit antes de empezar, y tenlo siempre a mano en los momentos difíciles. Te ayudará.