Esto es lo que necesitas saber sobre la lactancia en verano

Hace unas semanas te hablábamos de la influencia de la lactancia materna en la salud digestiva de tu bebé. Si has decidido dar el pecho durante las primeras semanas puede que tengas algunas dudas. Y en esta época las más habituales giran en torno a la influencia del calor y las altas temperaturas en la calidad de tu leche materna.

Quizá te preocupa que tu bebé esté bien hidratado o incluso que notes ligeros cambios en su comportamiento. Como te contamos en este artículo, esto no debe preocuparte siempre que prestes atención a determinados signos y te anticipes ligeramente a sus necesidades. 

Hoy tratamos de responder a todas esas preguntas que puedas tener sobre la lactancia materna en verano, para que tengas la seguridad de que tu bebé está nutrido, hidratado y sano a pesar de las altas temperaturas.

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¿Tu bebé pide pecho a menudo?

El cuerpo de los bebés es sabio y te pedirá el pecho siempre que lo necesite. La recomendación de la comunidad científica actualmente indica que debes, en la medida de lo posible, dar el pecho a tu bebé a demanda. Esto quiere decir que deberás ofrecerle el pecho siempre que lo busque, y durante el tiempo que el bebé quiera, ni más ni menos.

En verano, puedes notar que la frecuencia con la que tu bebé pide el pecho aumenta y que las tomas se hacen algo más cortas. Esto es totalmente normal y se debe a la necesidad de tu bebé de hidratarse.

En una de nuestras newsletters recientes compartíamos con nuestra comunidad algunas curiosidades sobre la leche materna. Una de ellas era la composición variable de la misma, que actúa como un ‘menú’ de tres platos para tu bebé. Dentro de este ‘menú’ la primera etapa tiene como objetivo principal la hidratación de tu bebé, y se compone casi en su totalidad de agua. 

Cuando tu bebé pide pecho a menudo y realiza tomas cortas, lo que está haciendo es buscar esta primera etapa de hidratación.  Es importante en este sentido aclarar que no se debe a que tu leche ‘no le alimente’ sino a que busca agua más a menudo, de forma similar a lo que harías tú.

Permanece atenta a los signos que te da tu bebé, como el cabeceo, verle llevarse las manitas a la boca o sacar la lengua y ofrécele el pecho siempre que lo necesite para mantenerlo bien hidratado. Su orina también puede darte algunas pistas: presta atención si se vuelve oscura o su olor es más intenso de lo habitual, podría indicar que tu bebé necesita más hidratación.

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¿Debes darle agua a tu bebé?

Como sabes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna como alimento único durante los 6 primeros meses de vida de tu bebé. A partir de los 6 meses, sí anima a introducir otros alimentos como pueden ser papillas, purés o agua.

Por este motivo, quizá te preguntes si en casos de altas temperaturas debes ofrecerle agua adicional a tu bebé. La respuesta, en general, es no.

Como hemos comentado, tu bebé se hidrata gracias a la leche materna, que está compuesta casi en un 90% por agua. Siempre que estés alimentando a tu bebé a demanda, no hay motivo para ofrecerle agua adicional.

A partir del sexto mes, y siempre que hayas introducido ya otros alimentos en su dieta, puedes ofrecerle pequeñas cantidades de agua.

Lo que debes tener en cuenta para almacenar tu leche

La extracción y almacenamiento de leche es una idea fantástica que puede hacer tu vida más fácil en muchas situaciones. Eso sí, como harías con cualquier otro alimento, es importante que sigas unas determinadas pautas para que la calidad de tu leche materna no se vea perjudicada por las altas temperaturas.

Si te realizas la extracción fuera de casa, presta atención a la temperatura ambiente ya que ésta determina el tiempo que puede pasar la leche sin refrigerar. Por encima de los 30º C de temperatura deberás refrigerar la leche antes de que transcurran 4 horas. Si la temperatura está entre 25 y 30º C este tiempo se puede prolongar hasta las 6 horas. Recuerda en cualquier caso que siempre es buena idea llevar contigo una neverita portátil con hielos para mantener la leche fresca.

Una vez refrigerada puedes mantener la leche hasta 8 días en la nevera a una temperatura máxima de 4º C. Intenta colocarla al fondo para evitar moverla más de lo necesario, y no la coloques nunca en la puerta de tu nevera.

También puedes congelar la leche materna hasta un máximo de 2 semanas.

Si vas a extraer y almacenar tu leche es importante que apliques unas buenas medidas de higiene, especialmente en verano. Lávate las manos antes de manipular el sacaleches y limpia también el pezón para retirar restos de cosméticos, sudor o cualquier otra sustancia que pueda afectar a la calidad de la leche.

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Algunas ideas para luchar contra el calor

Tanto tú como tu bebé perdéis más agua en verano a través de la sudoración. Esto se acentúa con la lactancia materna. Por un lado, el contacto con tu bebé puede hacer que aumente la temperatura de ambos. Por otro, en el caso de tu bebé, el propio esfuerzo de succión es normal que produzca sudoración especialmente en la zona de la cabeza y el cuello.

¿Qué puedes hacer para evitarlo?

En primer lugar, utiliza ropa de tejidos naturales y ligeros como el lino y evita el exceso de ropa. Cuando le des el pecho a tu bebé puedes colocar una ligera muselina o gasa de algodón en las zonas de contacto con su cuerpo para minimizar la sudoración y el calor que os transmitís el uno al otro.

Además, recurre al aire acondicionado siempre que puedas, evitando que apunte directamente a tu bebé o a ti. Si no tienes aire, busca un lugar fresco donde estéis tranquilos y ten una botella de agua a mano para no tener que interrumpir la toma en caso de que tengas sed. Beber agua mientras le das el pecho a tu bebé puede ayudarte a sentirte más fresca y mantiene tus niveles de hidratación en caso de que las tomas se prolonguen.

Tu salud y la calidad de tu leche materna

Ya sabes que cuidar de ti misma es lo más importante para poder cuidar de los demás. Mantener el estrés a raya, seguir una dieta adecuada y buscar momentos de descanso te ayudarán a sentirte bien física y emocionalmente. Además, asegurar una buena hidratación y un aporte suficiente de nutrientes, vitaminas y minerales resulta clave para garantizar la calidad de tu leche materna. Aquí tienes algunos consejos para cuidar de ti y de tu bebé durante esta etapa.

Una dieta rica en frutas y verduras

Aprovecha la variedad de frutas y verduras de la temporada de verano para llenar tu plato de nutrientes y color. Además, evita las bebidas estimulantes como el té y el café ya que tienden a deshidratar (si las tomas, es una buena idea acompañarlas de un vaso de agua para contrarrestar su efecto).

En esta etapa tan exigente te recomendamos que apoyes a tu cuerpo con un complemento alimenticio diseñado específicamente para cubrir tus necesidades y las de tu bebé.

Natalis Lact contiene todo lo que tu cuerpo necesita para cubrir las carencias vitamínicas típicas del posparto, ayudándote a sentir más energía a la vez que previene la caída del cabello muy frecuente en esta etapa. Su contenido en fenogreco estimula además la producción de leche, alivia el dolor  y contiene antioxidantes naturales esenciales para tu organismo.

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Sueño de calidad

El descanso de la mamá puede ser escaso durante las primeras semanas de vida del bebé. En este sentido, es importante que intentes alinear tus momentos de descanso con los del bebé.

Tu principal objetivo en esta etapa debe ser recuperarte del parto y estar atenta a las necesidades de tu bebé. Intenta dejar el resto de cosas en un segundo plano por ahora, o pide ayuda si lo necesitas.

Sin prisas

El verano muchas veces es sinónimo de viajes y estar fuera de casa. Si acabas de tener un bebé, tanto si has decidido optar por la lactancia materna como si no, lo mejor es que evites hacer planes durante un tiempo.

Intenta dejarte llevar y respetar los tiempos de tu bebé y de tu propio cuerpo.

Si tomas el sol, recuerda que siempre es recomendable aplicar un buen factor de protección en tu piel, muy especialmente en el área del pecho. La crema sobre la piel no afecta a la leche por lo que es seguro aplicarla aunque seas mamá lactante, pero debes retirarla completamente (con agua y jabón si es necesario) antes de ofrecerle el pecho de nuevo a tu bebé. 

Esperamos que este artículo te haya resultado útil y que te ayude a dar el pecho de forma la forma más cómoda y segura este verano.

Un abrazo,

El equipo de Natalis

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