Salud mental y embarazo: la construcción de una nueva identidad
El embarazo supone para todas las mujeres un cambio importante en la vida. Un cambio que entre otras muchas cosas, implica la construcción de una nueva identidad.
Y hablamos de construcción porque no es algo que ocurra de inmediato y cada mujer llega a verse identificada en el ‘ser madre’ en momentos distintos. Algunas lo hacen durante el embarazo, otras tras el parto y otras incluso un tiempo después de que haya nacido el bebé.
En este post, con ayuda de Beatriz García, psicóloga al mando de RutaB, queremos dirigirnos a ti si eres mujer y estás embarazada para hablar de este proceso.
De hijas a madres
Hasta el momento del embarazo, la mujer se reconoce en el papel de hija, pero a partir de él le toca asumir una nueva identidad.
Ahora es hija, pero también es madre, y esta es una experiencia completamente nueva. Como tal, la vivencia de convertirse en mamá puede llegar cargada de miedos.
Sin embargo, estos miedos no son algo negativo, sino que son fundamentales. Aunque pueden llegar a angustiarte, estos nuevos miedos te permiten anticipar situaciones, pensar planes futuros y buscar alternativas cuando es necesario. El miedo se convierte en un mecanismo natural que nos ayuda a construir una idea sobre la realidad y tener algo de control sobre ella.
Navegando tus miedos
Una forma de sobrellevar estos miedos lo mejor posible es planteándote qué tienen en común con tu historia personal. En muchos casos esto te permitirá identificar el tipo de miedo como uno que ya tenías habitualmente antes de convertirte en madre.
Es importante intentar buscar patrones entre estos miedos y tus miedos habituales, ya que así podrás saber qué tienen que ver con tu historia y con tu pasado.
De esta forma pasa de ser un miedo abstracto que lo invade todo a un miedo específico, ‘con nombre y apellidos’.
Por ejemplo, hay miedos relacionados con nuestras propias capacidades. ¿Sueles cuestionarte cómo de capaz eres? También puede tratarse de miedos relacionados con la salud del bebé. ¿Cómo vives la enfermedad o la muerte? Tal vez puedan aparecer miedos relativos al parto. ¿Cómo es la relación con tu cuerpo o con el miedo al dolor?
La realidad es que existen infinidad de miedos, pero estos van en la línea de nuestros miedos habituales solo que adaptados a nuestro nuevo contexto de maternidad.
El poder integrarlos en tu historia les da un contexto y hace que pierdan consistencia y poder sobre ti.
Maternidad e imaginación
Después del tercer mes de gestación, cuando los médicos dan luz verde a la viabilidad del embarazo, empieza a entrar en juego la imaginación.
Se construye entonces una idea de cómo será el bebé, con toda la información que hayas adquirido hasta ese momento, con tus deseos y tus miedos incorporados. Esta idea te sirve de flotador entre tanta incertidumbre, en esta etapa de no saber y te prepara para lo que viene a continuación. A medida que se acerca el momento de parto se va desdibujando esa idea de bebé imaginado que teníamos para que la realidad entre en juego.
En el momento del parto el bebé imaginado y el real se encuentran por primera vez.
Tus emociones como mamá
Este proceso de construcción de una nueva identidad es intenso emocionalmente, y a ello hay que sumarle el cóctel hormonal que nos aborda en esta etapa y los cambios físicos que lo acompañan.
Esto puede provocar que te sientas a menudo desbordada, triste, irascible y sensible. Y la mejor manera de afrontar estos sentimientos es acompañarte sabiendo cómo te encuentras y conociéndote.
Nuestra recomendación es que evites exponerte a situaciones que sabes que te alteran. Estas situaciones pueden incluir personas, lugares o experiencias que sabes que no te hacen bien. Si no hay forma de evitarlas, cuídate tanto como puedas antes de exponerte. Por ejemplo, si sabes que tienes que tener una conversación con una persona que te altera, prepara con tiempo lo que quieres decir, descansa bien el día previo y procura hacer algo que te guste justo antes.
Si a pesar de esta preparación se te plantea una situación que te lleva al límite, llegarás a ella conociéndote y entendiéndote, lo cual te da herramientas para salir de ese estado y protegerte.
Recuerda siempre que tú eres tu mejor aliada y tu mejor enemiga, de modo que busca conductas de autocuidado que te acompañen en estos meses de embarazo.
Y una de estas conductas clave será siempre pedir ayuda, dejar que te cuiden y te mimen. Sobre todo si detectas que los miedos te desbordan en el día a día, o que sientes que el vínculo que estás construyendo con tu bebé es negativo, es el momento de apoyarte en un profesional.
También es buena idea contar con apoyo psicológico en embarazos especialmente exigentes a nivel físico para la mujer, como un embarazo en el que experimentes muchos vómitos (hiperemesis gravídica) tanto en el primer trimestre como en los siguientes, pues la vivencia del embarazo se ve muy afectada por este componente físico.
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