Estas son las causas principales de los partos prematuros

Las causas de los partos prematuros son diversas y en ocasiones tienen un origen físico o psicológico en la futura mamá.

En otros casos sin embargo, el nacimiento prematuro del bebé es el resultado de algún fallo en su normal desarrollo, y en otras se induce de forma consciente debido a razones médicas.

A continuación, analizamos todas estas causas.

Causas emocionales y estilo de vida

Como sabemos, la relación entre nuestra salud y nuestro bienestar mental es muy estrecha. Este también es el caso de las mujeres embarazadas, por lo que al analizar algunos factores relacionados con el estilo de vida que pueden provocar un parto prematuro, es inevitable analizar también los factores emocionales.

Las situaciones de estrés y ansiedad pueden debilitar las defensas de la futura mamá, lo cual la convierte en más susceptible a infecciones y enfermedades que pueden a su vez desencadenar un parto prematuro. 

En cuanto al estilo de vida, uno de los factores físicos que resulta de mayor relevancia es el consumo de alcohol y nicotina. Este pone en peligro el desarrollo del niño y supone un importante factor de riesgo para un parto prematuro. Por ello evitar el consumo de alcohol y tabaco durante el embarazo es una de las principales formas de proteger al bebé de un parto prematuro.

Infecciones vaginales

Una infección vaginal bacteriana puede desencadenar algunos de los mecanismos de parto de forma prematura, lo cual puede desembocar en un parto prematuro. Por ello es muy importante durante todo el embarazo comunicar al médico cualquier sospecha de una posible infección.

Estas infecciones, una vez detectadas (a través de un hisopo vaginal por ejemplo) pueden tratarse con facilidad mediante antibióticos administrados por vía vaginal.

Una de las causas principales de las infecciones vaginales es un sistema inmunitario debilitado. Esto provoca desequilibrios en la flora vaginal que dan lugar a sobrecrecimientos de bacterias invasoras, como la gardnerella, las clamidias y las tricomonas.

Los síntomas principales de este tipo de infecciones suelen ser el picor y una secreción de color ligeramente grisáceo, que van acompañadas de incomodidad al orinar o al mantener relaciones sexuales. Sin embargo, este tipo de infecciones también pueden desarrollarse sin síntomas y pasar desapercibidas.

Las infecciones por hongos, por ejemplo las causadas por el patógeno Candida albicans también se manifiestan con este tipo de secreciones y picor, pero no tienen efectos negativos sobre el embarazo.

En cualquier caso, si notas cualquiera de los síntomas que hemos mencionado, siempre te recomendamos que consultes con tu médico lo antes posible.

Insuficiencia cervical

El cuello uterino es el extremo inferior del útero. Normalmente, este mide unos dos centímetros de largo, pero durante el embarazo se alarga hasta unos cuatro centímetros y se cierra herméticamente hasta el nacimiento.

Poco antes del nacimiento, el cuello uterino se expande debido a la presión que ejerce el bebé hasta que lo abre.

Si el cuello uterino se acorta de forma prematura a una longitud por debajo de 2.5 centímetros, existe riesgo de parto prematuro. Esta longitud se mide en general mediante un ultrasonido si la mujer presenta síntomas de parto prematuro.

Esta reducción en la longitud del cuello uterino es más común entre el cuarto y el sexto mes de embarazo. Puede ser el resultado de partos anteriores que se hayan complicado, cirugía uterina o un aborto anterior. 

Estado de la placenta y el útero

Otra de las causas de un parto prematuro es el funcionamiento anómalo de la placenta, lo que se conoce como insuficiencia placentaria, y que puede provocar una nutrición inadecuada del feto.

Las causas de la insuficiencia placentaria pueden estar relacionadas con enfermedades de la madre como la hipertensión arterial, la diabetes gestacional o la preeclampsia y también con el consumo de nicotina. 

En ocasiones el útero presenta una anomalía que puede dificultar el desarrollo completo del feto. Un ejemplo de esto son los sobrecrecimientos benignos dentro del útero, conocidos como fibromas, que pueden aumentar de tamaño durante el embarazo, dejando espacio insuficiente para el feto o provocando que el útero se contraiga demasiado pronto y se desencadene un parto prematuro.

Malformaciones del bebé

Las malformaciones se encuentran con mayor frecuencia en niños nacidos prematuramente, y en muchas ocasiones esta malformación es la propia causa del parto prematuro.

El problema más común es la espina bífida, situación en la que la columna del bebé no se cierra por completo. Esto puede causar daños en la médula espinal de diversos grados. 

La presencia de defectos cardíacos también puede provocar el parto prematuro. Por ejemplo, el hecho de que el bebé presente un orificio en el corazón o que su válvula no se cierre correctamente suponen factores de riesgo. Sin embargo hoy en día debido a los avances en la medicina y en la cirugía, muchas de estas condiciones pueden tratarse y el bebé puede llegar a llevar una vida completamente normal.

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